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5 Pueblos Mágicos de Michoacán que tienes que visitar

Todos los estados tienen algo bello que ofrecernos, ahora decidí presentarte algunos pueblos mágicos de Michoacán que sin duda se me antojó conocer y de seguro a ti también se te antojará.

1. Jiquilpan

Esta pequeña ciudad michoacana situada en la Ciénaga del Lago de Chapala, con el Cerro de San Francisco como vigilante natural, fue incorporada al sistema de Pueblos Mágicos en razón de su patrimonio arquitectónico e histórico y de la belleza de sus paisajes.
El jiquilpense más notable es Lázaro Cárdenas y a su pueblo natal iba el presidente a descansar cada vez que la agitada vida política se lo permitía.
Como uno de los principales testimonios del vínculo de Lázaro Cárdenas con Jiquilpan de Juárez quedó la llamada Casita de Piedra, su refugio para el reposo en los años 1930. Es un rústico inmueble construido en piedra, con amplios corredores, el cual fue abierto al público por el mismo Cárdenas.
Igualmente, Lázaro Cárdenas cuenta en el Pueblo Mágico con un museo sobre su vida, en el cual se conserva una colección de objetos y documentos que le pertenecieron, así como piezas de arqueología rescatadas del sitio de El Otero.

La loma de El Otero alberga un sitio arqueológico fechado unos 900 años antes de Cristo, formado por algunos edificios y plataformas.
En la ciudad de Jiquilpan debes detenerte a admirar el ex convento Franciscano, en cuyo interior se conserva un Cristo que fue un regalo del emperador Carlos V a Fray Jacobo Daciano.
Otros lugares jiquilpenses de interés artístico son el templo del Sagrado Corazón de Jesús y los monumentos a Benito Juárez, Ignacio Zaragoza, Rioseco y Ornelas, Diego José Abad, Rafael Méndez y Lázaro Cárdenas.
Los bosques Cuauhtémoc y Juárez son los principales espacios para los deportes al aire libre y en el primero puedes visitar un centro de cría de gusanos de seda.
Si quieres llevarte un interesante suvenir, en Jiquilpan de Juárez hay una labor artesanal en torno a los capullos del gusano de seda, cuya cría se ha desarrollado en el Pueblo Mágico como una de sus líneas de actividad económica. A 4 km de Jiquilpan se encuentra la comunidad de Francisco Sarabia, que sobresale por la confección de vestimentas tradicionales.

Para los placeres del gusto, Jiquilpan ofrece deliciosos platillos michoacanos con el toque de las cocineras locales, como las corundas envueltas en hojas de acelga, la morisqueta y las típicas carnitas michoacanas.

2. Cuitzeo

A pesar de la sobreexplotación del Lago de Cuitzeo con fines agrícolas y pecuarios, este bonito cuerpo de agua sigue siendo el principal atractivo turístico del Pueblo Mágico michoacano y una de sus principales fuentes de proteínas animales.

Cuitzeo del Porvenir tiene la ventaja turística de que se encuentra muy cerca de varias ciudades, ya que Morelia está a solo 35 km, Salamanca a 80 km y Celaya a 120 km.
Pobladores y visitantes van a pescar al Lago de Cuitzeo en busca de una mojarra, una tilapia, unos charales o una carpa para la botana, el almuerzo o la cena.
El Lago de Cuitzeo es una cuenca endorreica, es decir, no tiene corrientes que salgan hacia otros cuerpos de agua, por lo que sus principales pérdidas son por evaporación y filtración. El lago está atravesado por un puente de 4 km de longitud desde el que se tienen espléndidas panorámicas.
Otra de las actividades en el lago es la captura de ranas para el consumo de sus ancas en restaurantes nacionales y extranjeros. En las orillas del lago crece el tule, una fibra natural que es la base para elaborar bonitas piezas artesanales.
Uno de los enigmas que guarda el Lago de Cuitzeo es el de un meteorito que se supone está sepultado y oculto en las profundidades del lecho. La hipótesis surgió después de que unos investigadores rescataron un núcleo de sedimentos que se cree se desprendieron de un cuerpo exterior que impactó en el lugar hace 12 mil años.
El Conjunto Conventual de Santa María Magdalena está magníficamente conservado y su fachada plateresca es una de las principales muestras de este estilo artístico en México. En el refectorio del convento se encuentra el Museo de la Estampa, con piezas arqueológicas, artísticas y documentales.

La Iglesia del Hospitalito o Casa de Indios es una edificación franciscana del siglo XVI en la que se distingue la imagen de la Inmaculada Concepción hecha en pasta de caña. Otros sitios de interés en el acervo arquitectónico de Cuitzeo son el Santuario de la Virgen de Guadalupe y las capillas de La Concepción, El Calvario y San Pablito.
En cuanto al patrimonio prehispánico de Cuitzeo, a 4 km del Pueblo Mágico está el sitio de Tres Cerritos, un centro purépecha integrado por plaza central, adoratorio y otras estructuras.

3. Mineral de Angangueo

Mineral de Angangueo vivió de los ricos filones de oro y plata que guardaron sus montañas y actualmente su recurso más precioso es la mariposa Monarca que hace una increíble peregrinación hacia sus santuarios michoacanos.

Aproximadamente entre noviembre y marzo, millones de mariposas Monarca acuden fielmente a sus querencias en las montañas que rodean el Pueblo Mágico, donde son esperadas por cientos de turistas amantes del medio ambiente.
Estas bellas mariposas se vienen a México, huyendo de los crudos inviernos del norte, para lo cual realizan un largo viaje de 4.000 km. Muchos machos mueren en la travesía, pero las resistentes hembras fecundadas aguantan el recorrido de más de 300 km diarios para reproducirse y hacer el viaje de regreso cuando despunta la primavera.
La explotación de los metales preciosos comenzó en Mineral de Angangueo tan pronto llegaron los españoles, pero tuvo dos épocas de esplendor, una a finales del siglo XVIII y otra entre finales del XIX y comienzos del XX.

En las galerías y socavones, arriesgando sus vidas, siempre estuvieron los obreros mexicanos, mientras que por las oficinas pasaron españoles, alemanes, ingleses, franceses y estadounidenses.
De la época de oro minera quedaron como testigos para la historia y para el turismo, las ruinas de las minas de Catingón y del Carmen, así como las hermosas edificaciones civiles y religiosas.
El Templo de la Inmaculada Concepción, de estilo neogótico, fue construido durante el segundo auge minero y se distingue por el alto campanario y el altar de mármol blanco.
Al lado de la iglesia se encuentra un extenso mural, obra del pintor Jorge Téllez, que recorre la historia de Mineral de Angangueo en 6 grandes estampas.

Otros lugares de interés son la Iglesia de San Simón Abad, templo de sobria belleza que armoniza sus estilos barroco y neoclásico, y la Casa Parker, distinguida casona de estilo afrancesado en la que funciona un museo local y que se comunica por un túnel con la Iglesia de la Inmaculada Concepción.
De la cultura de la explotación de la plata surgió una actividad artesanal que se ha conservado y que elabora bonitas piezas, entre las que se cuenta, por supuesto, la mariposa Monarca.

4. Pátzcuaro

En la isla de Yunuen hay un centro vacacional que es atendido por la comunidad de isleños, el cual cuenta con cómodas cabañas, bonitas áreas verdes y diversos servicios turísticos.
En el patrimonio arquitectónico de Pátzcuaro se distinguen varias construcciones virreinales entre las que se encuentran la plaza principal, la Basílica de Nuestra Señora de la Salud, la iglesia y ex convento de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, el templo de San Francisco y el Santuario de la Virgen de Guadalupe.

La plaza central, que lleva el nombre de Vasco de Quiroga, es amplia y conserva su belleza y espíritu colonial, rodeada de espléndidas casonas virreinales, aunque, cosa rara en México, frente al zócalo no se construyó ningún templo.
La vida turística de Pátzcuaro gira en torno al lago del mismo nombre y a la belleza arquitectónica de sus edificaciones de la época virreinal.
El lago tiene atractivos a lo largo de sus 55 km de litoral y cuenta con 7 islas de gran belleza entre las que se destacan Janitzio y Yunuen.
De la orilla del lago en la población parten embarcaciones que recorren sus puntos de mayor interés turístico, como islas, lugares de pesca y sitios arqueológicos.

En la isla de Yunuen hay un centro vacacional que es atendido por la comunidad de isleños, el cual cuenta con cómodas cabañas, bonitas áreas verdes y diversos servicios turísticos.
En el patrimonio arquitectónico de Pátzcuaro se distinguen varias construcciones virreinales entre las que se encuentran la plaza principal, la Basílica de Nuestra Señora de la Salud, la iglesia y ex convento de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, el templo de San Francisco y el Santuario de la Virgen de Guadalupe.
La plaza central, que lleva el nombre de Vasco de Quiroga, es amplia y conserva su belleza y espíritu colonial, rodeada de espléndidas casonas virreinales, aunque, cosa rara en México, frente al zócalo no se construyó ningún templo.
En los alrededores del zócalo sobresalen edificaciones como el Palacio Municipal, el Palacio de Huitzimengari, la Casa del Gigante y la Casa del Portal Chaparro.
La Basílica de Nuestra Señora de la Salud fue construida por el célebre Tata Vasco en 1540 y en su interior destaca la imagen de la Virgen de la Salud elaborada con pasta de caña de maíz con miel de orquídeas. Otra escultura de pasta de caña digna de admirar es la de un Cristo del siglo XVI que se encuentra en el templo de San Francisco.

El Museo de Artes e Industrias Populares funciona en una edificación del siglo XVI levantada por Vasco de Quiroga como sede original del Real Colegio de San Nicolás Obispo y exhibe una colección vinculada a la vida y oficios de los 50 pueblos purépechas originales.
En Pátzcuaro puedes disfrutar de la cocina michoacana con los toques particulares que tiene en la región lacustre, como los tamales de pescado blanco. También te recomendamos probar la “olla podrida”, un suculento platillo de herencia española.

5. Santa Clara Del Cobre

El gran benefactor del Michoacán colonial en su primera etapa, el obispo Vasco de Quiroga, impulsó el desarrollo del trabajo del cobre en Santa Clara y la actividad ha llegado hasta nuestros días como principal sustento económico y atractivo turístico.
Santa Clara del Cobre se encuentra a 19 km de Pátzcuaro, a 70 de Uruapan y a 71 de Morelia, disfrutando de un clima fresco y templado a más de 2.200 metros sobre el nivel del mar.
El bonito kiosco de la Plaza Central es un homenaje al metal que da nombre y vida al pueblo, con su techo de cobre y un enorme cazo de adorno fabricado en este material. El zócalo está rodeado por casonas típicas y tiendas de artículos de cobre.
Los purépechas ya conocían las artes metalúrgicas cuando llegaron los españoles y gracias al tesón del Tata Vasco, aprendieron a dominar la técnica del cobre martillado que ha llegado a la actualidad solo con las concesiones mínimas indispensables a la modernidad.
En casi todas las calles del pueblo hay talleres en los que los artífices metalúrgicos siguen martillando el cobre como en los viejos tiempos, convirtiéndolo en artículos para la cocina, el jardín, la ornamentación y el atuendo personal, que puedes adquirir en Santa Clara a precios muy convenientes.

En el Museo Nacional del Cobre se exhiben bellas piezas elaboradas en este metal a lo largo del tiempo y los artesanos muestran su dominio de las ancestrales prácticas.
Como todo producto simbólico de un pueblo mexicano, el cobre tiene su feria nacional, que se celebra a mediados de agosto. Para la feria, los artesanos locales, con invitados nacionales e internacionales se esmeran en elaborar los productos más llamativos, para someterlos a la consideración y a la cartera del nutrido público.

Aparte de mucha belleza forjada en cobre, Santa Clara cuenta también con un hermoso patrimonio arquitectónico del cual son referencia el Templo de Nuestra Señora del Sagrario, así como la Iglesia de la Inmaculada Concepción y la capilla de La Huatápera, que forman un conjunto.
Los amantes de los deportes al aire libre disponen del Lago de Zirahuén, un sitio rodeado por la hermosa leyenda purépecha de la princesa Eréndira.



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