5 Pueblos Mágicos de Michoacán que tienes que visitar
Todos
los estados tienen algo bello que ofrecernos, ahora decidí
presentarte algunos pueblos mágicos de Michoacán que sin duda se me
antojó conocer y de seguro a ti también se te antojará.
En
la isla de Yunuen hay un centro vacacional que es atendido por la
comunidad de isleños, el cual cuenta con cómodas cabañas, bonitas
áreas verdes y diversos servicios turísticos.
El
Museo de Artes e Industrias Populares funciona en una edificación
del siglo XVI levantada por Vasco de Quiroga como sede original del
Real Colegio de San Nicolás Obispo y exhibe una colección vinculada
a la vida y oficios de los 50 pueblos purépechas originales.
En
el Museo Nacional del Cobre se exhiben bellas piezas elaboradas en
este metal a lo largo del tiempo y los artesanos muestran su dominio
de las ancestrales prácticas.
1. Jiquilpan
Esta pequeña ciudad michoacana situada en la Ciénaga del Lago de Chapala, con el Cerro de San Francisco como vigilante natural, fue incorporada al sistema de Pueblos Mágicos en razón de su patrimonio arquitectónico e histórico y de la belleza de sus paisajes.
El
jiquilpense más notable es Lázaro Cárdenas y a su pueblo natal iba
el presidente a descansar cada vez que la agitada vida política se
lo permitía.
Como
uno de los principales testimonios del vínculo de Lázaro Cárdenas
con Jiquilpan de Juárez quedó la llamada Casita de Piedra, su
refugio para el reposo en los años 1930. Es un rústico inmueble
construido en piedra, con amplios corredores, el cual fue abierto al
público por el mismo Cárdenas.
Igualmente,
Lázaro Cárdenas cuenta en el Pueblo Mágico con un museo sobre su
vida, en el cual se conserva una colección de objetos y documentos
que le pertenecieron, así como piezas de arqueología rescatadas del
sitio de El Otero.
La
loma de El Otero alberga un sitio arqueológico fechado unos 900 años
antes de Cristo, formado por algunos edificios y plataformas.
En
la ciudad de Jiquilpan debes detenerte a admirar el ex convento
Franciscano, en cuyo interior se conserva un Cristo que fue un regalo
del emperador Carlos V a Fray Jacobo Daciano.
Otros
lugares jiquilpenses de interés artístico son el templo del Sagrado
Corazón de Jesús y los monumentos a Benito Juárez, Ignacio
Zaragoza, Rioseco y Ornelas, Diego José Abad, Rafael Méndez y
Lázaro Cárdenas.
Los
bosques Cuauhtémoc y Juárez son los principales espacios para los
deportes al aire libre y en el primero puedes visitar un centro de
cría de gusanos de seda.
Si
quieres llevarte un interesante suvenir, en Jiquilpan de Juárez hay
una labor artesanal en torno a los capullos del gusano de seda, cuya
cría se ha desarrollado en el Pueblo Mágico como una de sus líneas
de actividad económica. A 4 km de Jiquilpan se encuentra la
comunidad de Francisco Sarabia, que sobresale por la confección de
vestimentas tradicionales.
Para
los placeres del gusto, Jiquilpan ofrece deliciosos platillos
michoacanos con el toque de las cocineras locales, como las corundas
envueltas en hojas de acelga, la morisqueta y las típicas carnitas
michoacanas.
2. Cuitzeo
A
pesar de la sobreexplotación del Lago de Cuitzeo con fines agrícolas
y pecuarios, este bonito cuerpo de agua sigue siendo el principal
atractivo turístico del Pueblo Mágico michoacano y una de sus
principales fuentes de proteínas animales.
Cuitzeo
del Porvenir tiene la ventaja turística de que se encuentra muy
cerca de varias ciudades, ya que Morelia está a solo 35 km,
Salamanca a 80 km y Celaya a 120 km.
Pobladores
y visitantes van a pescar al Lago de Cuitzeo en busca de una mojarra,
una tilapia, unos charales o una carpa para la botana, el almuerzo o
la cena.
El
Lago de Cuitzeo es una cuenca endorreica, es decir, no tiene
corrientes que salgan hacia otros cuerpos de agua, por lo que sus
principales pérdidas son por evaporación y filtración. El lago
está atravesado por un puente de 4 km de longitud desde el que se
tienen espléndidas panorámicas.
Otra
de las actividades en el lago es la captura de ranas para el consumo
de sus ancas en restaurantes nacionales y extranjeros. En las orillas
del lago crece el tule, una fibra natural que es la base para
elaborar bonitas piezas artesanales.
Uno
de los enigmas que guarda el Lago de Cuitzeo es el de un meteorito
que se supone está sepultado y oculto en las profundidades del
lecho. La hipótesis surgió después de que unos investigadores
rescataron un núcleo de sedimentos que se cree se desprendieron de
un cuerpo exterior que impactó en el lugar hace 12 mil años.
El
Conjunto Conventual de Santa María Magdalena está magníficamente
conservado y su fachada plateresca es una de las principales muestras
de este estilo artístico en México. En el refectorio del convento
se encuentra el Museo de la Estampa, con piezas arqueológicas,
artísticas y documentales.
La
Iglesia del Hospitalito o Casa de Indios es una edificación
franciscana del siglo XVI en la que se distingue la imagen de la
Inmaculada Concepción hecha en pasta de caña. Otros sitios de
interés en el acervo arquitectónico de Cuitzeo son el Santuario de
la Virgen de Guadalupe y las capillas de La Concepción, El Calvario
y San Pablito.
En
cuanto al patrimonio prehispánico de Cuitzeo, a 4 km del Pueblo
Mágico está el sitio de Tres Cerritos, un centro purépecha
integrado por plaza central, adoratorio y otras estructuras.
3. Mineral de Angangueo
Mineral
de Angangueo vivió de los ricos filones de oro y plata que guardaron
sus montañas y actualmente su recurso más precioso es la mariposa
Monarca que hace una increíble peregrinación hacia sus santuarios
michoacanos.
Aproximadamente
entre noviembre y marzo, millones de mariposas Monarca acuden
fielmente a sus querencias en las montañas que rodean el Pueblo
Mágico, donde son esperadas por cientos de turistas amantes del
medio ambiente.
Estas
bellas mariposas se vienen a México, huyendo de los crudos inviernos
del norte, para lo cual realizan un largo viaje de 4.000 km. Muchos
machos mueren en la travesía, pero las resistentes hembras
fecundadas aguantan el recorrido de más de 300 km diarios para
reproducirse y hacer el viaje de regreso cuando despunta la
primavera.
La
explotación de los metales preciosos comenzó en Mineral de
Angangueo tan pronto llegaron los españoles, pero tuvo dos épocas
de esplendor, una a finales del siglo XVIII y otra entre finales del
XIX y comienzos del XX.
En
las galerías y socavones, arriesgando sus vidas, siempre estuvieron
los obreros mexicanos, mientras que por las oficinas pasaron
españoles, alemanes, ingleses, franceses y estadounidenses.
De
la época de oro minera quedaron como testigos para la historia y
para el turismo, las ruinas de las minas de Catingón y del Carmen,
así como las hermosas edificaciones civiles y religiosas.
El
Templo de la Inmaculada Concepción, de estilo neogótico, fue
construido durante el segundo auge minero y se distingue por el alto
campanario y el altar de mármol blanco.
Al
lado de la iglesia se encuentra un extenso mural, obra del pintor
Jorge Téllez, que recorre la historia de Mineral de Angangueo en 6
grandes estampas.
Otros
lugares de interés son la Iglesia de San Simón Abad, templo de
sobria belleza que armoniza sus estilos barroco y neoclásico, y la
Casa Parker, distinguida casona de estilo afrancesado en la que
funciona un museo local y que se comunica por un túnel con la
Iglesia de la Inmaculada Concepción.
De
la cultura de la explotación de la plata surgió una actividad
artesanal que se ha conservado y que elabora bonitas piezas, entre
las que se cuenta, por supuesto, la mariposa Monarca.
4. Pátzcuaro
En la isla de Yunuen hay un centro vacacional que es atendido por la comunidad de isleños, el cual cuenta con cómodas cabañas, bonitas áreas verdes y diversos servicios turísticos.
En
el patrimonio arquitectónico de Pátzcuaro se distinguen varias
construcciones virreinales entre las que se encuentran la plaza
principal, la Basílica de Nuestra Señora de la Salud, la iglesia y
ex convento de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, el templo
de San Francisco y el Santuario de la Virgen de Guadalupe.
La
plaza central, que lleva el nombre de Vasco de Quiroga, es amplia y
conserva su belleza y espíritu colonial, rodeada de espléndidas
casonas virreinales, aunque, cosa rara en México, frente al zócalo
no se construyó ningún templo.
La
vida turística de Pátzcuaro gira en torno al lago del mismo nombre
y a la belleza arquitectónica de sus edificaciones de la época
virreinal.
El
lago tiene atractivos a lo largo de sus 55 km de litoral y cuenta con
7 islas de gran belleza entre las que se destacan Janitzio y Yunuen.
De
la orilla del lago en la población parten embarcaciones que recorren
sus puntos de mayor interés turístico, como islas, lugares de pesca
y sitios arqueológicos.
En
el patrimonio arquitectónico de Pátzcuaro se distinguen varias
construcciones virreinales entre las que se encuentran la plaza
principal, la Basílica de Nuestra Señora de la Salud, la iglesia y
ex convento de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, el templo
de San Francisco y el Santuario de la Virgen de Guadalupe.
La
plaza central, que lleva el nombre de Vasco de Quiroga, es amplia y
conserva su belleza y espíritu colonial, rodeada de espléndidas
casonas virreinales, aunque, cosa rara en México, frente al zócalo
no se construyó ningún templo.
En
los alrededores del zócalo sobresalen edificaciones como el Palacio
Municipal, el Palacio de Huitzimengari, la Casa del Gigante y la Casa
del Portal Chaparro.
La
Basílica de Nuestra Señora de la Salud fue construida por el
célebre Tata Vasco en 1540 y en su interior destaca la imagen de la
Virgen de la Salud elaborada con pasta de caña de maíz con miel de
orquídeas. Otra escultura de pasta de caña digna de admirar es la
de un Cristo del siglo XVI que se encuentra en el templo de San
Francisco.
En
Pátzcuaro puedes disfrutar de la cocina michoacana con los toques
particulares que tiene en la región lacustre, como los tamales de
pescado blanco. También te recomendamos probar la “olla podrida”,
un suculento platillo de herencia española.
5. Santa Clara Del Cobre
El gran benefactor del Michoacán colonial en su primera etapa, el obispo Vasco de Quiroga, impulsó el desarrollo del trabajo del cobre en Santa Clara y la actividad ha llegado hasta nuestros días como principal sustento económico y atractivo turístico.
Santa
Clara del Cobre se encuentra a 19 km de Pátzcuaro, a 70 de Uruapan y
a 71 de Morelia, disfrutando de un clima fresco y templado a más de
2.200 metros sobre el nivel del mar.
El
bonito kiosco de la Plaza Central es un homenaje al metal que da
nombre y vida al pueblo, con su techo de cobre y un enorme cazo de
adorno fabricado en este material. El zócalo está rodeado por
casonas típicas y tiendas de artículos de cobre.
Los
purépechas ya conocían las artes metalúrgicas cuando llegaron los
españoles y gracias al tesón del Tata Vasco, aprendieron a dominar
la técnica del cobre martillado que ha llegado a la actualidad solo
con las concesiones mínimas indispensables a la modernidad.
En
casi todas las calles del pueblo hay talleres en los que los
artífices metalúrgicos siguen martillando el cobre como en los
viejos tiempos, convirtiéndolo en artículos para la cocina, el
jardín, la ornamentación y el atuendo personal, que puedes adquirir
en Santa Clara a precios muy convenientes.
Como
todo producto simbólico de un pueblo mexicano, el cobre tiene su
feria nacional, que se celebra a mediados de agosto. Para la feria,
los artesanos locales, con invitados nacionales e internacionales se
esmeran en elaborar los productos más llamativos, para someterlos a
la consideración y a la cartera del nutrido público.
Aparte
de mucha belleza forjada en cobre, Santa Clara cuenta también con un
hermoso patrimonio arquitectónico del cual son referencia el Templo
de Nuestra Señora del Sagrario, así como la Iglesia de la
Inmaculada Concepción y la capilla de La Huatápera, que forman un
conjunto.
Los
amantes de los deportes al aire libre disponen del Lago de Zirahuén,
un sitio rodeado por la hermosa leyenda purépecha de la princesa
Eréndira.
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