Header Ads

test

7 pueblos de Jalisco para divertirte y relajarte

1. Lagos de Moreno

Lagos de Moreno honra con su nombre al insurgente Pedro Moreno y es una ciudad jalisciense que apasiona a los amantes de la arquitectura por la belleza de sus monumentos y edificaciones.
Las construcciones civiles más importantes son el Puente sobre el Río Lagos, el Jardín de los Constituyentes, el Palacio Municipal, el Teatro José Rosas Moreno, la Casa Montecristo, la Casa del Conde Rul y la Escuela de Artes y Oficios.
Entre las edificaciones religiosas sobresalen la Parroquia de La Asunción, el Templo del Calvario y los Templos del Rosario, de la Luz y del Refugio.
La Rinconada de Las Capuchinas y la Rinconada de La Merced son conjuntos arquitectónicos que reúnen edificaciones civiles y religiosas, como templos, plazas y casonas.
La museística de Lagos de Moreno tiene sus principales espacios en el Museo de Arte Sacro y la Casa Museo Agustín Rivera.
El Puente sobre el Río Lagos es una espléndida construcción que se inició en 1741 y fue terminada en 1860, y que mereció la designación de Patrimonio de la Humanidad por su sobria belleza y magnífico trabajo de cantería.
La Casa Montecristo y la Casa del Conde Rul son hermosas casonas virreinales que destacan por sus detalles artísticos en fachadas, puertas, balcones, ventanas, gárgolas y faroles.
La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción es el templo más grande de Lagos de Moreno, distinguiéndose por su fachada de estilo barroco en cantera rosa, sus dos altas torres y su cúpula.
El Templo del Calvario es otro edificio declarado Patrimonio de la Humanidad, inspirado en la  Basílica de San Pedro de Roma. Son dignas de admiración la elegante escalera de acceso, las 10 esculturas de santos que se encuentran en la fachada y las bóvedas de nervadura de las naves.
Lagos de Moreno también es referencia turística por sus bonitas haciendas, levantadas desde la época virreinal como lugares de descanso por la gente adinerada. Las casonas de varias de estas haciendas han sido convertidas en rústicos y confortables hoteles.

2. Mazamitla

Con su acogedor clima a más de 2.200 metros sobre el nivel del mar en la Sierra del Tigre, la localidad de Mazamitla está salpicada de cabañas confortables en las que disfrutarás de unas jornadas de descanso y esparcimiento de primera calidad.
Lo primero que tienes que hacer en Mazamitla es recorrer sus calles empedradas, flanqueadas por sus casas típicas de amplios aleros y techos de teja.
En el centro del pueblo se encuentra la Plaza Municipal José Parres Arias, con un bello kiosco, áreas arboladas y rodeada de hospitalarios cafés y de tiendas de productos artesanales.
La Parroquia de San Cristóbal es un raro ejemplo de arquitectura cristina con influencias chinas en México. Cuenta con dos torres gemelas y en interior hay unos vitrales de gran factura artística.
La Sierra del Tigre tiene su punto más alto a 2.800 metros sobre el nivel del mar y desde allí las vistas del paisaje son maravillosas.
El Cazo es una bonita cascada de 35 metros que se encuentra en una propiedad privada. Puedes visitarla pagando un módico precio y en el lugar ofrecen paseos a caballo.

Una forma práctica y divertida de conocer la sierra es hacerlo en cuatrimoto. La operadora Sierra Tour Mazamitla ofrece estos paseos, que te llevan por un circuito de gran belleza, incluyendo extraordinarios lugares a los que no llegan los coches normales.
Esta operadora también te lleva a practicar tus entretenimientos de montaña favoritos, que incluyen escalada, tirolesa, gotcha y puentes colgantes.

Otro lugar de la sierra para la diversión al aire libre es el Parque Ecológico Tierra Aventura, que tiene una de las tirolesas más largas del país, con un km de longitud, así como zona de camping, asadores, caballos y cuatrimotos.
Mazamitla es un lugar en el que provoca olvidarse de la báscula. No dejes de ordenar un plato llamado El Bote, que es una suculenta combinación de carnes de res, cerdo y pollo, cocida en pulque con elotes, varias verduras y chile serrano ¡Buen provecho!

3. San Sebastián del Oeste

Casi toda la riqueza extraída de las minas de metales preciosos de San Sebastián del Oeste cruzó el Atlántico en recios galeones para ir a financiar las guerras y gastos de la corona española, pero una pequeña parte se quedó en el pueblo, bajo la forma de bellas edificaciones construidas durante el apogeo minero.

Más de 50 yacimientos estuvieron en explotación durante el periodo de mayor auge y uno de los más valiosos fue la  mina Santa Gertrudis, que se encuentra a 30 minutos a pie del pueblo y es uno de los sitios mineros que puede ser visitado por los turistas. Puedes hacer el recorrido en menos tiempo en una cuatrimoto.
El mineral extraído de la mina de Santa Gertrudis era beneficiado en la Hacienda Jalisco, donde los lingotes de metales preciosos eran almacenados y custodiados hasta que, a lomo de caballo, llegaba la noticia de barco en puerto, momento en que la valiosa carga era llevada a la costa para la travesía hacia Europa.
La Hacienda Jalisco fue convertida en un rústico hotel-museo campestre, que carece de energía eléctrica para lograr una más auténtica ambientación de la época que desea reflejar. Como en los viejos tiempos, la iluminación es proporcionada por velas y lámparas de aceite. En el hotel hay una muestra documental de las antiguas empresas mineras.
Una de las singulares edificaciones que legó la riqueza minera a San Sebastián del Oeste es la iglesia en la que se venera al mártir que da nombre al pueblo. El templo de San Sebastián es de finales del siglo XVIII y es de estilo neoclásico, con una cúpula que fue renovada a finales del siglo XIX.
En uno de los costados de la parroquia se encuentran los Portales de San Sebastián, en los que hay tiendas de suvenires y de antojitos.
Una costumbre española en América eran los matrimonios entre familiares o entre miembros de familias cercanas, para evitar mezclarse con mestizos y nativos. Fue así como  Doña Conchita Encarnación terminó siendo esposa, prima y tía de su propio marido.
En la casa de los Encarnación hay un pequeño pero interesante museo que muestra el paso del tiempo por San Sebastián del Oeste a través de una colección de fotos, objetos, prendas de vestir y accesorios pertenecientes a varias generaciones de esta distinguida familia.

4. Tapalpa

Tapalpa es un pueblo jalisciense de encanto rural, que expresa a través de su paisaje arquitectónico, haciendas, desarrollos ecológicos y parques ecoturísticos.

La población se encuentra arropada por la Sierra de Tapalpa, a más de 2 mil metros sobre el nivel del mar y en sus amables calles se alinean pintorescas casas con marquesinas y balcones de madera.
Frente a la Plaza Principal se yergue el templo de Nuestra Señora de Guadalupe, comenzado en 1950 y terminado en 1970. Fue construido con los aportes de los pobladores, que hacían modestos donativos de 20 centavos y sorteaban gallinas, reses y otros animales para conseguir el dinero requerido.
A 10 minutos de Tapalpa se localiza la Hacienda La Media Luna, escenario en el que se desarrolla la famosa novela Pedro Páramo, del escritor mexicano Juan Rulfo.
Muy cerca del pueblo está también el Valle de los Enigmas, más conocido como Las Piedrotas, en el que hay unas misteriosas formaciones rocosas cuya presencia en el lugar no parece tener explicación.
Se dice que Las Piedrotas fueron meteoritos que cayeron enterrándose parcialmente en la tierra, aunque lo más probable es que hayan sido cuerpos rocosos que emergieron de la tierra y luego fueron erosionados por la lluvia y el viento. Los creyentes en los poderes energizantes de los monolitos van al lugar a recargar pilas.
El Salto del Nogal, la mayor catarata jalisciense, con 105 metros, está a 10 km de Tapalpa, a través de un pintoresco camino entre la flora serrana. En el sitio se puede hacer ciclismo de montaña, rapel, senderismo y paseos a caballo.

El Ekopark es otro lugar para la diversión al aire libre, con 9 tirolesas, la más larga de 300 metros, y lugares para escalada, rapel, senderismo, ciclismo, vehículos todo terreno y camping.
Los tapalpenses dicen que el mejor borrego al pastor de todo México se prepara en su pueblo, así que no dejes pasar la oportunidad de verificarlo.



5. Tequila

La historia de la ciudad de Tequila ha estado marcada por la bebida nacional del mismo nombre, lo cual se palpa en cada calle de la bonita localidad jalisciense.
En todas partes hay tiendas con varios tipos de tequilas, desde los grandes nombres comerciales más conocidos, hasta los de fabricación artesanal, y muchos suvenires también giran en torno al estandarte espirituoso de México.
Para llegar a Tequila en plena ambientación, lo mejor es abordar en Guadalajara el José Cuervo Express, un tren en el que incluso ya puedes ir entonando el cuerpo y el espíritu con una cata educativa.
Las casas tequilaras de mayor tradición son paradas obligadas en tu programa de visitas. Una de ellas es Mundo Cuervo, un nombre que ya es legendario en todo México.
Hace más de 225 años, fueron los primeros emprendedores mexicanos en conseguir autorización de la corona española para hacer “vino de mezcal” y siguen haciéndolo en cantidad y calidad, aunque ya no se llame vino.
El nombre de la casa surgió por la figura de un cuervo que fue estampada en los barriles cuando comenzó la distribución a gran escala a nivel nacional en el siglo XIX, siendo una de las marcas más antiguas del mercado mexicano.
Para seguir en ambiente tequilero, tu siguiente parada puede ser el Museo Nacional del Tequila, donde te llevan por todas las etapas de fabricación de la bebida a la vieja usanza.
Para disfrutar a Tequila y al tequila en temporada de máxima diversión, la mejor ocasión es la Feria Nacional del Tequila, que se celebra entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre. Fíjate que en medio está el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, patrona de la ciudad.
Si crees que es hora de cerrar la botella de tequila y abrir un espacio a la arquitectura, los principales lugares a admirar son el Templo de la Purísima Concepción, el Palacio Municipal y los antiguos lavaderos.
Si la resaca aprieta, quizá sea momento de que te des un refrescante chapuzón en las pozas que forma la corriente de la bonita cascada Los Azules, a la que se llega tras una pintoresca caminata que te hará sudar sanamente.
Finalmente, te recomendamos agasajar al estómago con una auténtica birria jalisciense de chivo, aunque si escasea el cabrito, que sea de borrego.

6. Mascota

El conjunto de atractivos que Mascota ofrece al visitante es muy completo, ya que incluye parques, montañas y lagos para pasear y practicar deportes; museos de variadas temáticas, arquitectura de gran belleza, sitios arqueológicos y deliciosa gastronomía.


Cerca del pueblo se encuentra la Laguna de Juanacatlán, un cuerpo de agua de 24 hectáreas frecuentado por los aficionados a la pesca y el canotaje. En sus alrededores puedes observar la biodiversidad y hacer senderismo y ciclismo montañero.
La Presa Corrinchis también está cerca, ofreciendo diversiones similares a las de la Laguna de Juanacatlán. En las orillas de la presa hay restaurantes en los que podrás disfrutar de la pesca del día y otros platillos.
Las vistas más espectaculares de Mascota las consiguen los que se esfuerzan en ascender el Volcán El Molcajete, mientras que llegar a la Cascada El Rincón de Ixcatan es más fácil y también hay garantía de excelentes fotos.
Mascota cuenta con 4 museos que te recomendamos visitar. Estos son el de Arqueología, El Pedregal, el Museo Raúl Rodríguez y el Museo El Molino.
El Museo El Pedregal es propiedad del escritor y coleccionista Francisco Rodríguez Peña, y exhibe una gran cantidad de curiosos objetos tallados en piedra.
El Museo Raúl Rodríguez está dedicado a la cultura de Mascota y a grandes personajes mascotenses, como la actriz Esther Fernández, estrella de la primera etapa de la época de oro del cine mexicano, y el sacerdote San José María Robles Hurtado, ahorcado en 1927 durante la Guerra Cristera.
El Museo El Molino versa sobre la elaboración de harina de trigo según el viejo método con el que verdaderamente había que sudar el pan.
Las edificaciones de mayor interés en Mascota son la Plaza Principal, el Palacio Municipal, la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores y el Templo Inconcluso de la Preciosa Sangre de Cristo.

El Templo de la Preciosa Sangre de Cristo es una magnífica construcción del siglo XIX, a pesar de que no fue terminada. Parte de sus espacios fueron convertidos en un bonito jardín en el que se celebran reuniones religiosas y eventos culturales.

7. Talpa de Allende

La actividad turística de Talpa de Allende gira en torno a su vertiente religiosa por el gran fervor nacional que despierta la Virgen de Talpa.

La basílica de la Virgen de Talpa, situada en el centro histórico del pueblo, es el punto final de las masivas romerías que tienen lugar en el año por la Ruta del Peregrino, especialmente la de Semana Santa, que mueve a cerca de 3 millones de personas.
Los turistas religiosos cuentan también el Talpa con el museo de la Virgen y con otras edificaciones cristianas de interés artístico e histórico, como la Parroquia de San José y varias capillas.
La Ruta del Peregrino comienza en la ciudad de Ameca y se extiende por 117 km a través de varias poblaciones de Jalisco hasta llegar a Talpa. En el trayecto hay miradores desde los que se tienen maravillosas panorámicas de la Sierra Madre Occidental, así como ermitas y lugares de descanso.
La Basílica de Nuestra Señora de Talpa fue erigida en 1782 y tiene un atrio de forma rectangular con 3 portales de cantera gris con imponentes columnas de capitel compuesto sosteniendo los arcos de medio punto.
El templo es de dos torres gemelas rematadas por cuerpos piramidales y en el interior se distinguen varias obras de arte religiosas, particularmente la imagen de la virgen y el retablo principal.
El Museo de la Virgen del Rosario de Talpa abrió en 1995 en la Calle Vicente Guerrero 6 del centro histórico, en una nueva edificación construida en el lugar en el que se encontraba la casa curato.
El museo exhibe una amplia colección de trajes de la Virgen de Talpa, casi todos donados en agradecimiento de favores recibidos, así como ornamentos sacerdotales, piezas para el culto católico, pergaminos, libros y pinturas.
En Talpa de Allende se cultivan hermosas y deliciosas guayabas y el fruto tiene su feria durante la tercera semana de noviembre. En la feria se ponen en venta todos los productos artesanales que se pueden elaborar con la pulpa y los cascos de la guayaba, y se realizan otros eventos culturales y festivos.
Los fanáticos de contacto con la naturaleza cuentan en Talpa con el Bosque de Maple, una inmensa extensión de 60 mil hectáreas con robles, pinos y otras especies vegetales y animales.


No hay comentarios.